El 2022 fue un año atípico a todas luces, estábamos saliendo de una pandemia que paralizó al mundo por 2 años y, cuando veíamos la luz al final, pensando que la vuelta a la normalidad estaba cada vez más cerca, ¡BUM!, estalla una guerra, la cual ha debilitado aún más el panorama mundial.


Por lo anterior, uno de los sectores más perjudicados fue el de la energía, ya que la pandemia retrasó la transición energética a las energías verdes que venían con un crecimiento importante. Dicho retraso fue provocado por la paralización de las cadenas de producción, aunado a la guerra entre Ucrania y Rusia que elevaron los precios del gas natural de manera exorbitante provocando un alza generalizada en los costos de la electricidad.


Lo anterior, provocó que regresará al panorama de generación eléctrica un viejo conocido de la humanidad: el carbón, por lo que, este año se incrementó el uso de este combustible en un 1.2%, lo cual, a simple vista puede menospreciarse, sin embargo, con este incremento se rompió un récord histórico, ya que la humanidad consumió en total unos 8 millones de toneladas de este mineral.


Este aumento en el consumo de carbón provocó una cifra récord de emisiones de CO2, ya que el año 2022, terminó con un total de 40,600 millones de toneladas de CO2, lo que representa un 1% de incremento con respecto a 2021.

En consecuencia, esto significa un retroceso mundial en la misión de depender cada vez menos de los combustibles fósiles y representa varias lecciones, entre ellas, considero la más importante: diversificar nuestras fuentes de energía, ya que, si solo contamos con un combustible que acapara un porcentaje alto de la generación eléctrica, cualquier indisponibilidad o aumento de precios, nos llevaría a escenarios catastróficos.
 

Por otra parte, otra lección que no debemos dejar pasar de vista, es aumentar la capacidad de generación distribuida, es decir, pequeños generadores verdes a lo largo y ancho de los sistemas eléctricos, los cuales, son una pieza fundamental para dejar de depender de “los viejos combustibles”, y una de sus mayores ventajas es el capital requerido, debido a que es más accesible para los pequeños inversionistas.
 

Para finalizar, es importante considerar que, la Agencia Internacional de Energía (AIE) estima que hasta el 2025 seguirá el aumento de consumo de carbón a nivel mundial, por lo cual, se deben tomar medidas más determinantes para contar con fuentes alternativas de energía limpia, además de eficientar el consumo de electricidad por parte de los Usuarios.