El Acuerdo de París es un tratado internacional sobre el cambio climático jurídicamente vinculante. Fue adoptado por 196 países en la COP21 en París, el 12 de diciembre de 2015 y entró en vigor el 4 de noviembre de 2016.

Su objetivo es limitar el calentamiento global preferiblemente a 1,5 grados centígrados, en comparación con los niveles preindustriales. Para alcanzar este objetivo de temperatura a largo plazo, los países se proponen lograr la reducción al máximo de las emisiones de gases de efecto invernadero lo antes posible para tener un planeta con clima neutro para mediados de siglo.

En dicho acuerdo, México se comprometió a que para 2024, el 35% de la energía generada y consumida en el país será limpia. Sin embargo, el propio gobierno federal estima que para ese año solo se generará el 31% de la electricidad mediante este tipo de tecnologías.

Para lograr lo antes mencionado, un participante clave son las empresas de mayor producción ya que son entidades que consumen grandes cantidades de energía eléctrica.

Un instrumento que las empresas pueden adquirir son los Certificados de Energía Limpia, mejor conocidos como CEL, son títulos que se crean con la promulgación de la Ley de la Industria Eléctrica.

Un CEL es un título equivalente a un 1 megavatio-hora (MWh) de energía eléctrica generada a través de fuentes de energías limpias tales como solar, eólica, geotérmica, hidráulica, etc., cuyo precio se fija al valor del Mercado correspondiente.

La Comisión Reguladora de Energía (CRE) es la autoridad facultada para otorgar los CEL a este tipo de proyectos de Generación. Sin embargo, para que suceda lo anterior, los Generadores y Generadores Exentos con tecnología renovable deben estar acreditados en el Mercado Eléctrico Mayorista y a su vez, los Generadores Exentos deben estar representados dentro del mismo mediante un Suministrador de Servicios Calificados.

Aunado a lo anterior, un instrumento distinto a los CEL que certifican la producción de energía limpia son los I-REC. Aunque, si bien estos instrumentos no son acreditados por la CRE, los I-REC como instrumentos financieros tienen reconocimiento a nivel internacional a diferencia de los CEL que únicamente son reconocidos en México.

Es importante mencionar que, en México, se operan los Estándares de los I-REC en paralelo al sistema de los CEL. Y de la misma manera que los CEL, los propietarios de los I-REC tienen la libertad de elegir cómo utilizarlos.

Dicho lo anterior, se puede concluir que, tanto los CEL como los I-REC pueden ser adquiridos y/o utilizados por los participantes de la industria eléctrica que busquen contribuir con la reducción de la huella de carbono, y de esta manera cumplir con el compromiso del 35% de generación de electricidad a través de tecnologías limpias.